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  • Foto del escritorFernanda de la Torre V

Amistades tóxicas



Buenos amigos, buenos libros y una consciencia tranquila: esa es la vida ideal. - Mark Twain

El mayor regalo de la vida es la amistad y yo la he recibido. -Hubert H. Humphrey


Todos sabemos que una amistad es un regalo precioso. Pero desafortunadamente, no todas las relaciones son perfectas y esto aplica también a las amistades. Una relación de amistad sana es cuando dos amigos se apoyan mutuamente. El respeto es un cimiento en la relación. Habrá discusiones y malentendidos, pero sabes que puedes contar con esa persona y su amistad, para los buenos y malos momentos. Yo soy afortunada por tener buenos amigos. No siempre ha sido así. He tenido ciertas relaciones de pareja tóxicas y también, amistades tóxicas. En ambos casos, una pesadilla.


Una persona tóxica tiene una personalidad egocéntrica y narcisista. Sus necesidades siempre van primero, es incapaz de sentir empatía por los demás. Una amistad tóxica se siente pesada y unilateral. Yo tuve un amigo al que acompañé a no sé cuántas bodas; casualmente cuando yo le pedía que me acompañara a algún evento, ponía tal cara que acababa yo disculpándome por haberlo invitado. Con una amistad tóxica, es necesario estar pendiente de lo que quiere y hacer lo que desea, el 99 por ciento del tiempo. Todos los planes y salidas están determinados por lo que él quiere –o necesita– hacer: no puedes escoger las películas, hay que ver las que esa persona quiere. Si sales a comer, hay que adaptarse a sus antojos y desde luego a sus horarios.


Todas las relaciones son diferentes y no hay libro escrito, pero de acuerdo a los expertos una de las características de una amistad es hacerse la perpetua víctima. Cuando alguien se siente así, no hay forma de que algo pueda salir bien. Creen que el mundo está contra ellos. Parecen estar en una situación de crisis permanentemente: o es un tema familiar o es algo económico, otras veces será un tema de salud. Si bien algunos de estos problemas, bien pueden ser ciertos, en muchos casos son más un tema de percepción, que de realidad. Aún si sus problemas son reales, toman pocas medidas para solucionarlos o de perdida, mejorarlos. Generalmente uno pasa horas tratando de resolver su problema, investigando y dando ideas. Sólo para enterarte que no hicieron nada de lo que les dijiste para buscar otro trabajo, dejar a la pareja que los maltrata o arreglar sus finanzas. Prefieren seguir así. El estado de perpetua víctima resulta muy favorable para las personas tóxicas.


Los especialistas dicen que cuando nos damos cuenta que estamos en una relación de amistad tóxica, hay dos caminos: tratar de poner límites y mejorarla; o terminarla. Yo creo que esta última es más realista. Cuando una persona es egoísta, difícilmente va a cambiar. Si algo he aprendido, es que las relaciones son para disfrutarse, no para padecerse. En la vida hay muchas relaciones que no podemos escoger. Sin embargo, una relación de amistad es una elección y podemos elegir no frecuentar esas personas. Hay mucha paz al tomar ese camino. Pueden creerme.


Feliz domingo a todos. Gracias por leerme.


Espero tu opinión dejando un comentario en el blog, en mi cuenta de Twitter @FernandaT o en mi correo: info@neteandoconfernanda.com



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