El Año Nuevo Chino, que también se conoce cómo Fiesta de la Primavera o Año Nuevo Lunar. El año nuevo comienza con la salida de la segunda luna nueva después del solsticio de invierno. Hoy, 22 de enero es el comienzo de un nuevo ciclo. Me gusta porque al igual que el primero de ene
ro, es otra oportunidad para dejar el pasado y abrirnos a cambios y nuevas posibilidades.
De acuerdo con la leyenda, el gobernante del cielo o Emperador de Jade, convocó a todos los animales a una carrera y prometió que los doce primeros serían quienes entrarían en el zodiaco. Se presentaron: Rata, Buey, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo. A diferencia del horóscopo occidental que toma en cuenta el día y mes de nacimiento; horóscopo el chino clasifica a las personas en función de su año de nacimiento y les asigna uno de los doce animales y uno de los cincos elementos (agua, fuego, tierra, metal o madera) que les dan sus características únicas, por ello cada ciclo para tener la misma combinación es de 60 años. Este año está regido por el conejo de agua, o conejo negro ya que en la tradición china, el color que representa el agua es el negro.
Hay diversas tradiciones para festejar el año nuevo chino, relacionadas con los nuevos comienzos, deseos de prosperidad y buenos augurios. También se hacen predicciones sobre la energía que cada animal y su elemento transmitirán al año que hoy empieza. Buenas noticias: el conejo es símbolo de prosperidad, abundancia y fertilidad; pero al igual que los conejos, hay que estar en movimiento para no dejar ir las oportunidades. Leí algunas predicciones para el conejo de agua, confieso que soy escéptica, pero me gustó esta que aquí les comparto: “Este año traerá prosperidad, esperanza y calma porque son las características del conejo”. La prosperidad es algo que todos anhelamos, y creo que la esperanza y calma nos vienen muy bien después de un periodo muy complicado por la pandemia y un incierto panorama económico mundial.
Si bien estoy convencida que cada día puede ser el ideal para un nuevo comienzo, sólo basta que así lo decidamos, no está mal aprovechar la energía del entorno para dejar ir lo que no nos sirve, nos duele o enferma. ¡Bienvenido conejo de agua!
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