top of page
  • Facebook Social Icon
  • Twitter Social Icon
  • Instagram Social Icon
  • Foto del escritorFernanda de la Torre V

Caso Esquivel: Las mentiras como bola de nieve.



Una mentira es una afirmación que una persona hace consciente de que no es verdad.

Pueden ser mentiras enormes como catedrales o mentiras sin importancia. Hay quienes lo hace divinamente bien, otros de un modo bastante torpe. Si algo nos hermana a todos los seres humanos del planeta es que todos, sin faltar ninguno –y desde bastante corta edad– hemos mentido alguna vez. Lo que nos hace diferentes, es la forma en que reaccionamos cuando se descubre que hemos mentido. ¿Decimos otra mentira para tapar la original? ¿Aceptamos que hicimos algo mal y asumimos las consecuencias? La primera opción no es una buena idea. “Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más tiempo se le hace rodar, más grande se vuelve”. Mucha razón tiene el reformador alemán Martín Lutero. La verdad sale a la luz tarde o temprano y querer tapar una mentira con otras mentiras, termina metiéndonos en más problemas.


El 21 de diciembre, Guillermo Sheridan publicó en Latinus su investigación titulada: Una ministra pasante, donde denunció el plagio cometido por la Ministra Yasmin Esquivel para obtener su tesis de licenciatura en derecho, citando fuentes públicas en las que cualquiera podría comparar, ambas tesis. La evidencia del plagio era irrefutable.


Aceptar las consecuencias de un error y dejar ir el sueño de presidir el más alto tribunal de la nación debe ser muy difícil, pero era el único camino honesto que se podría tomar. Ante la denuncia de Sheridan, la ministra pudo haber aceptado la verdad y confirmar que efectivamente cometió un (grave) “error de juventud” (como lo llamó el presidente Andrés Manuel López Obrador) y haber renunciado a su puesto salvando su dignidad. No fue así. La señora Esquivel tomó la opción bola de nieve, con mentiras cada vez mayores, inverosímiles e ilegales hasta el grado de fabricar pruebas, inculpar a un inocente y mentir ante Pleno de la Suprema Corte de Justicia de La Nación.


Aquí una fracción de su discurso: “En mi caso, como persona apegada al derecho, me presenté ante las autoridades competentes por las vías institucionales, la universitaria, mi alma mater, en la que confío y confiaré siempre, ante la fiscalía, en la que aporté elementos contundentes que pedía la sociedad y los medios de comunicación. Hoy, con plena tranquilidad y no sólo con dichos, sino con base en la resolución de una autoridad, se ratifica que la tesis profesional que presenté para obtener mi grado de licenciatura es de mi autoría y el tema lo concebí mientras estudiaba y era trabajadora de confianza en el servicio público”. Pueden leer el discurso completo aquí.


Si bien todos podemos entender “los errores de juventud” la actitud posterior a que se descubrió el plagio resulta deplorable e inaceptable y la pinta como una persona soberbia, mentirosa, incapaz de aceptar sus errores, dispuesta a hacer cualquier ilegalidad para mantenerse en el poder. Además de que definitivamente no son atributos deseables para una persona con el cargo que ostenta, su obstinación por permanecer el cargo, lastima al gobierno, al presidente López Obrador, a la Suprema Corte de Justicia y finalmente a México. Si bien Guillermo Sheridan descubrió el plagio, la señora Esquivel cabo su propia tumba, comunicado a comunicado, mentira a mentira.


Es una pena que no haya hecho caso de la sabia frase de Martín Lutero o el consejo de Monero Hernández en Twitter. Hoy, Yasmin Esquivel se encuentra en una posición mucho más difícil que si hubiese dicho la verdad y renunciado el 21 de diciembre y casi un mes después tenga que hacer lo mismo, pero con su reputación hecha pedazos. No. La opción bola de nieve no es una buena elección, es una lección de este escándalo que podemos aprovechar todos.


Me despido deseándoles un buen domingo y con una pregunta ¿Crees que Yasmin Esquivel deba seguir en su cargo?


“Al que juró hasta que ya nadie confió en él; mintió tanto que ya nadie le cree; y pide prestado sin que nadie le dé; le conviene irse a donde nadie lo conozca. - Ralph Waldo Emerson


Me gustaría oír tu opinión. Deja por aquí un comentario o escribe a: info@neteandoconfernanda.com o en Twitter @FernandaT

167 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page