Si bien es cierto que no está claro la fecha y el año de nacimiento de Jesús, lo que es más probable es que no haya nacido el 25 de diciembre. Algunos fijan su fecha a finales del verano, en agosto o septiembre aduciendo que Juan el Bautista es seis meses mayor y nació en marzo. Los evangelios no dan una fecha concreta de su nacimiento y tampoco hay referencias históricas así que sólo quedan pesquisas de las referencias bíblicas que mencionamos hace un momento o bien cálculos astrológicos de acuerdo a referencias bíblicas tales como el paso del cometa Halley en el año 12 a.C. y la conjunción de Saturno y Júpiter en 7 a.C. ambas podrían ser consideradas como la majestuosa estrella que siguieron los magos.
Antes del nacimiento de Jesús, diferentes culturas celebraban esa fecha o muy cercana, el solsticio de invierno. El tema de los solsticios y equinoccios resulta interesante en cuanto a celebraciones paganas o anteriores al cristianismo. El equinoccio de primavera sería en realidad el inicio del año, cuando el sol entra, con toda su fuerza, en el signo de Aries. El solsticio de verano marca la fecha en que los días dejan de ser largos. El sol pierde su fuerza. Entre los celtas y otras culturas nórdicas, hacían enormes hogueras para ayudar al sol a tener fuerza. Era atemorizante que el astro rey perdiera su fuerza. El solsticio de invierno, marca exactamente lo opuesto, es el momento en que las noches dejan de ser largas y día a día el sol vuelve a tomar su fuerza lo que es un obvio motivo de celebración para todas las culturas. Los romanos celebraban La Fiesta del Sol Invicto (Dies Natalis Solis Invicti) el 25 de diciembre. Representaba la victoria de la luz sobre la noche más larga del año.
Legionarios romanos habían adoptado esta fiesta de los antiguos persas y egipcios y adoraban a Mitra dios persa que encarnaba al sol invicto, quien por aquellas épocas contaba con más de dos mil templos en Roma. También existía otro festival romano las llamadas Saturnalias en el Imperio Romano que eran unas fiestas que iniciaban el 17 de diciembre para terminar el 25 de diciembre (¿Serían como nuestras posadas?). Por esta celebración los romanos posponían todos los negocios y guerras, había intercambio de regalos, y liberaban temporalmente a sus esclavos.
El culto a Mitra estaba fuertemente propagado en Imperio Romano. Fue el emperador Constantino quien a principios del siglo IV después de un sueño en dónde ganaba una batalla con la Cruz en su estandarte, inclinó la balanza del lado del cristianismo y Teodosio, con el edicto de Tesalónica, en el año 381, convierte al Cristianismo definitivamente en la religión oficial y única del Imperio.
La explicación más obvia de fijar la fecha del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre fue que los primeros cristianos tratando de opacar las tradiciones paganas y ganar adeptos fijaron esta fecha fijando un paralelismo entre el sol invicto y las expresiones bíblicas que se refieren a Jesús como: “sol de justicia” (Ma 4,2) y “luz del mundo” (Jn 1,4ss).
Quizá nunca sabremos la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Pero finalmente, una fecha es solo un dato, lo relevante no es el día en que nació Jesus, sino su mensaje. El amor, la paz, el perdón. Más allá de las creencias personales de cada uno, son valores positivos en los que merece la pena reflexionar, de menos una vez al año, cuando el sol vence a las tinieblas.
Gracias por leerme. Aprovecho para desear a todos lo que así lo festejan una muy feliz Navidad. Tristemente, este año no se celebrará la Navidad en Belén. Esperemos pronto llegue la paz a esa región y todas las que están en conflicto.
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