“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, tenemos el reto de cambiar nosotros mismos”.
–Viktor Frankl
La realidad es lo que es y no podemos cambiarla. Muchas veces es difícil aceptarla, eso sí, y por eso buscamos acomodarla, mejorarla, negarla o ignorarla. Pero las peras son peras a pesar de que les veamos cara de manzana o (peor aún) tratemos de que los demás la vean así. No podemos detener el paso del tiempo o controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Tenemos que aceptar las cosas como son y hacer con ellas lo mejor que podamos, basándonos en nuestras circunstancias y conocimientos.
Si bien no podemos cambiar la realidad o nuestras circunstancias sí podemos cambiar la forma en que las vivimos. Y cuando cambiamos nuestra óptica sobre alguna circunstancia, entonces ésta cambia también. Un problema deja de serlo cuando lo enfrentamos y buscamos una solución. Los enemigos se convierten en maestros y las crisis en oportunidades. Si bien no podemos frenar el paso del tiempo, lo que sí podemos hacer, es aprovecharlo y compartirlo con personas que nos resulten positivas e interesantes. Elegir con cuidado lo que leemos, vemos y escuchamos; ya que cuando nos rodeamos de negatividad, resulta prácticamente imposible mantenernos energéticos y optimistas.
Comienza un nuevo año y es un gran momento para cambiar el enfoque con el que vemos las cosas que nos rodean. Esto no significa dejar de ser críticos u objetivos y mucho menos negar la realidad (un buen ejemplo de esto son los maromeros que caen en el absurdo para defender a su amado líder); más bien se trata de cambiarnos del lugar del pasajero al del piloto, para ser más activos y menos reactivos. Kakuzo Okakura en su Libro del Té (The Book Of Tea) nos dice que el arte de la vida está en el constante reajuste a nuestro entorno. Aceptemos lo que pasa. A veces, enfrentarte a la realidad no es lo más fácil que hay. Sin embargo, aceptar tu situación actual puede hacerte más feliz en el presente y llevarte a un futuro mejor. Comprender, aceptar y trabajar con la realidad es a la vez útil y práctico.
Si no te gusta tu trabajo, es momento de pensar qué es lo que te molesta y si puedes cambiarlo, o bien, actualizar tu currículum ponerte a buscar chamba. Si no te gusta lo que pasa en tu país, es necesario entender que las redes sociales –si bien pueden servir como desahogo–, no van a cambiar la realidad y es imperante buscar una organización civil para tratar que desde ahí se promuevan los cambios. Si estás en una relación que te hace sentir miserable, no hay que darle muchas vueltas, es tiempo de ir a una terapia o terminarla.
Existe un proverbio chino que reza: “Cuando soplan los tiempos de cambio, algunos construyen muros y otros molinos de viento”. Somos libres para tomar decisiones y responsables de sus consecuencias ¿qué vas a elegir construir este 2019, molinos de viento o muros?
Aprovecho para desear a todos un muy feliz 2019.
Me gustaría escuchar tu opinión en mi cuenta de Twitter: @FernandaT