Nuestras quejas y lamentos pueden ayudar a desahogarnos, pero no solucionan el problema. Tampoco es un mal del siglo XXI y no somos los únicos que cargamos con el eso peso sobre nuestros hombros. El tiempo es escaso para todos desde siempre y por lo mismo, no queda más que organizarse.
"Tantas cosas que hacer, tan poco tiempo para hacerlas” La carga de tareas se acumula y parecería que no vamos a terminar con nuestros pendientes nunca. Refunfuñamos, y nos lamentamos diciendo que necesitamos un día con más horas para terminar todo lo que tenemos que hacer. Nuestras quejas y lamentos pueden ayudar a desahogarnos, pero no solucionan el problema. Tampoco es un mal del siglo XXI y no somos los únicos que cargamos con el eso peso sobre nuestros hombros. El tiempo es escaso para todos desde siempre y por lo mismo, no queda más que organizarse.
Hace poco me topé con un artículo en el que traducía la lista de pendientes de Leonardo da Vinci. La lista fue escrita por el maestro florentino alrededor de 1490. Sus pendientes ponen al descubierto su inmensa curiosidad y el anhelo de comprenderlo todo. La lista también es mencionada por Walter Isaacson en la introducción de su libro biográfico sobre Leonardo Da Vinci.
Dibujar Milán
Preguntar a Maestro Antonio cómo se colocan los morteros en los bastiones de día o de noche.
Revisar la ballesta del Mastro Giannetto
Encontrar a un maestro en hidráulica y pedirle que me diga cómo reparar una cerradura, un canal y un molino de manera lombarda.
Preguntar sobre la medida del sol que me prometió el maestro Giovanni Francese
Tratar de conseguir el Vitolone (autor medieval de un texto sobre óptica), que está en la Biblioteca de Pavía, que trata de la matemática.
Haz que el fraile Brera (en el monasterio benedictino a Milán) me muestre el De Ponderibus (un texto medieval sobre mecánica).
Conseguir un maestro de la aritmética para que te enseñe cómo cuadrar un triángulo.
Consiguir a Messer Fazio (profesor de medicina y leyes en Pavia) para que me enseñe sobre proporción.
Evidentemente mis pendientes no son ni remotamente tan interesantes como los de Leonardo. Llamar al plomero para que instale un filtro de agua, no puede compararse con una conversación con el maestro Giovanni Francese sobre las medidas del sol. Sin embargo, me atrevo a suponer que mis pendientes me agobian, de la misma forma que a Da Vinci le agobiaban los suyos.
Hay tantas cosas que nos distraen de aquello que debemos de hacer, que es fácil perder el rumbo. Por eso, debemos imitar al maestro florentino y dedicar un momento a realizar una lista. Muy probablemente nuestra lista no despertará el interés después de cinco siglos como la de Leonardo, pero nos ayudará a cumplir con nuestros propósitos y –lo más importante– nos ayudará a liberarnos de la angustia; porque como bien sabemos, los pendientes no se apartan de nuestra mente. Este tormento conocido como “efecto Zeigarnik” toma su nombre de la psicóloga rusa, Bluma Zeigarnik, quien se percató que un mesero podía recordar una lista enorme de pedidos pendientes, pero no podía recordar qué platos acaba de servir y ni a quién. Esto la motivó a realizar varios estudios para descubrir la razón de que las tareas sin finalizar eran las que se recordaban con más fuerza.
Elaborar una lista nos ayuda no sólo a organizarnos, sino a disminuir esta angustia. Los expertos aconsejan que las listas sean detalladas y de ser posible escritas a mano. Un proyecto monumental asusta a todos, así que, lo ideal es desmenuzarlo en pequeñas tareas. Si pensamos: “Tengo que arreglar mi casa”. Es una tarea enorme, costosa y difícil de realizar; pero si elaboramos una lista de lo que necesitamos en una determinada semana, es más fácil (“pedir presupuesto al plomero, cotizar impresión de fotos o comprar clavos y martillos para colgar cuadros"). Cuando finalmente logramos eliminar esas tareas de nuestra lista, sentimos una gran satisfacción y podemos dedicar nuestros pensamientos a temas más interesantes.
¿En que andaba Leonardo cuando elaboró esta lista? Esto es lo que dice la Wikipedia:
“En 1490 participó en una especie de congreso de arquitectos e ingenieros, reunidos para debatir algunos aspectos del acabado de la cúpula de la catedral de Milán. En esta época Leonardo reflexionó sobre proyectos técnicos y militares. Mejoró los relojes, el telar, las grúas y muchas otras herramientas. Estudió también el urbanismo y propuso planos de ciudades ideales. Se interesó por la disposición hidráulica y un documento de 1498 lo cita como ingeniero y encargado de los trabajos en ríos y canales”.
La lista de pendientes de Leonardo Da Vinci, no sólo habla de su gran inteligencia e infinita curiosidad, sino de que esas pequeñas cosas que no parecen importantes en su momento, son los ladrillos de grandes proyectos.
Buen domingo a todos
Reto: Hice una lista con 3 pendientes que llevan meses sin resolver. Ya les contaré la semana que entra sí pude borrar algunos de ellos.
Recomendación: Leonardo da Vinci. La biografía de Walter Isaacson.
Para leer lista completa aquí (https://boingboing.net/2018/07/31/leonardo-da-vinci-to-do-list-r.html)
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