“El carácter independiente surge de poder bastarse a sí mismo”. –Francisco Grandmontagne
Una persona independiente es alguien autónomo y, por lo tanto, que actúa voluntariamente. Ser autónomo significa ser libre. Ser independientes implica valernos por nosotros mismos. Formar nuestros propios criterios, tomar decisiones y ser responsables de sus consecuencias. Es un proceso similar para personas y para países. A México independizarse le tomó poco más de 11 años de lucha; como personas, lograr independizarnos de nuestros padres para formar nuestra propia vida, nos lleva varios años más.
Así como nosotros un día nos damos cuenta de que tenemos la madurez para decidir nuestra vida, un grupo de habitantes de la Nueva España resolvieron que ya era tiempo de que nuestro país dejara de depender de las decisiones de España y planearon cuidadosamente un movimiento que le diera a México su independencia. Inicialmente, pensaron iniciar su movimiento el 2 de octubre en San Juan de los Lagos, pero como alguien le avisó a las autoridades, hubo que adelantarlo. Así, hace 209 años, la madrugada del domingo 16 de septiembre de 1810, don Miguel Hidalgo llamó a misa al pueblo y fuera de la iglesia de Dolores exclamó su famosa arenga conminando al pueblo para levantarse contra el gobierno español. Con gritos como ¡Mexicanos, qué viva México! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII! y ¡Muera el mal gobierno! empezó México, su lucha para conseguir su libertad y convertirse en una nación soberana.
Cada año, cuando conmemoramos la famosa arenga de Miguel Hidalgo que marcó el nacimiento de una nación independiente, me gusta recordar que como seres humanos también iniciamos nuestro camino con un grito al nacer. En el transcurso de nuestra existencia, vamos conquistando escalones de nuestra independencia. Igual que México, que un día decidió que ya no debía estar bajo el dominio de España, nosotros también hemos estado en situaciones que requieren de valor y determinación para ser independientes, autónomos, libres y felices.
Con el tiempo y tras un rosario de errores, aprendemos que la independencia se sigue conquistando todos los días, porque hay que seguir decidiendo correctamente para seguir siendo independientes. Las personas, igual que los gobiernos de los países libres, tienen que balancear su presupuesto, imponer normas para su casa, cumplirlas, planear a futuro. También aprendemos que ser independientes no significa que estemos solos o aislados. Otro gran aprendizaje es el honrar la independencia de otros, respetar sus opiniones y desiciones, que no se parecen a las nuestras, lo cual a veces resulta difícil, en especial si son muy cercanos a nosotros.
Aprovechemos estos días en que celebramos la Independencia de nuestro país para independizarnos de las situaciones o personas que nos hacen daño y nos impiden ser felices. “Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes”.
Jorge Bucay
¿Cómo sería tu Grito de la Independencia personal? ¿De que te gustaría independizarte? ¿De qué dependes?
Buen domingo para todos.
Me gustaría oír tu opinión. Por favor escribe a: info@neteandoconfernanda.com o en Twitter @FernandaT
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