Ser un buen mentiroso no es algo fácil. Para mentir bien hay que tener una memoria privilegiada a fin de no caer en contradicciones; y sobre todo que no te importe que te descubran en la mentira. Por que es simplemente cuestión de tiempo.
Mentiras enormes como catedrales o mentiras sin importancia. Hay quienes lo hace divinamente bien, otros de un modo bastante torpe. Si algo nos hermana a todos los seres humanos del planeta es que todos, sin faltar ninguno –y desde bastante corta edad– hemos mentido alguna vez. ¿Ya tienes un diseño en mente? Si prefieres un estilo tipo postal minimalista, o un diseño más editorial; encontrarás una opción increíble para cada elección y necesidad.
Me llegó un correo con una invitación a un Diplomado de Lenguaje Corporal. Curiosamente el título del correo contenía la pregunta ¿Qué tan buen mentiroso eres? El texto del correo hablaban sobre las mentiras y los mentirosos. Me llamó la atención que solo hasta el final mencionaba que era para un curso.
Ser un buen mentiroso no es algo fácil. Para mentir bien hay que tener una memoria privilegiada a fin de no caer en contradicciones; y sobre todo que no te importe que te descubran en la mentira. Por que es simplemente cuestión de tiempo. Las mentiras tarde o temprano serán descubiertas. Sólo ganamos un espacio temporal de alivio; con el timepo, terminaremos en un problema mucho más grave y con peores consecuencias que lo que hubiese sido decir la verdad. Además, la confianza que perdemos difícilmente la recuperaremos. Muchas veces el enojo no proviene del hecho, sino de la mentira para cubrir este hecho. Uno pensaría que en estos tiempos en que casi todo lo que hacemos que todo queda documentado ya sea en una grabación, video foto, sería más fácil detectar los engaños y por lo mismo habría, si no más honestidad, más cuidado al mentir.
Si todos lo sabemos ¿por qué mentir?
Soy una pésima mentirosa. Siento que cuando miento la gente a mi alrededor sabe que lo estoy haciendo. Además,
De cierta forma el saberte mala mentirosa hace que no lo hagas con frecuencia. Lo mismo me sucedía para copiar o sacar acordeones, me parecía terrible que me descubrieran y tocaba estudiar. Sí hacia los acordeones, pero no los sacaba.
Por otra parte pienso que sí soy hábil para detectar las mentiras y contradicciones.
En términos de política, creo que sí algo quedó claro es que estamos hartos de las mentiras y la falta de honestidad. Leí en un artículo por ahí, que se calcula que cada día oímos o leemos más de 200 mentiras. Y ojo, mentir también implica proporcionar la información a medias u ocultándola. Brian Seltzer de CNN en un video dice que el Presidente Trump ha mentido más de 3000 veces en sólo 466 días, más de seis mentiras al día (https://edition.cnn.com/2018/05/01/politics/donald-trump-3000/index.html).
Las llamadas “mentiras piadosas” no dejan de ser mentiras y existen pocas justificaciones para usarlas. La verdad por dura que sea, duele una vez, las mentiras son un tormento continuado.
Lo verdaderamente grave de las mentiras, es que muchas veces creemos las nuestras y nos engañamos. Y sí, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Por algo dicen que el ser humano es el único animal capaz de engañarse a sí mismo y no es una cualidad.
Se cree que la palabra sincera, proviene del significado latino 'sin cera', porque cuando los romanos fabricaban ollas o jarras a veces sellaban la base con cera, para cubrir pequeñas resquebrajaduras. Con el tiempo la cera se derretía o desaparecía, haciendo que la olla fuera inservible. Por lo tanto, esas ollas no acabadas con cera fueron inscritas 'Sine Cera' para demostrar que eran sólidas, bien hechas y no tenían engaños. Fue a partir de ahí, que evolucionó la palabra sincera.
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