La Catedral de San Domnius, que se encuentra en Split, la segunda ciudad más grande de Croacia, es la Catedral Cristiana más antigua del mundo que continúa en funcionamiento.
Los equipos de Croacia y Francia se enfrentan hoy en la Copa del Mundo de la FIFA. Estos duelos, que encienden pasiones, también nos dejan aprendizajes culturales, como el que tuve con mi amigo Emmanuel Sierra, quien apoya a Francia, y yo, enamorada de Croacia.
Emmanuel comentó que Croacia es un país millenial, por que declaró su independencia en 1991. Nada más lejos de la realidad. De hecho, es un país con una gran historia. Por ejemplo, la Catedral de San Domnius, que se encuentra en Split, la segunda ciudad más grande de Croacia, es la Catedral Cristiana más antigua del mundo que continúa en funcionamiento. La catedral fue originalmente un mausoleo construido por el emperador romano Dioclesiano, (personaje que merece una columna aparte) en el año de 295 d.C. y consagrada en el año 641 d.C. Por su parte, la iglesia más antigua de Francia, la Basílica de Saint Pierre aux Nonnains, en Metz, construida en 380 d.C. también formaba parte de un edificio romano: un gimnasio. En el siglo séptimo se convirtió en la capilla de un monasterio Benedictino.
Otro punto en común es que ambos dieron al Imperio Romano famosos emperadores: Francia a Claudio y Croacia al ya mencionado Dioclesiano. El primero es originario de Lugdunum (Lyon) y Dioclesiano de Salona, a pocos kilómetros de Split. Claudio, sobrino del famoso Calígula, fue un estudiante brillante y gran gobernante y estratega militar. Dioclesiano, no pertenecía a una familia de nobles. Convencido que era favorito de Júpiter, supo desde niño que sería emperador de Roma. Escaló puestos en el ejercito hasta ser aclamado emperador a la muerte del emperador Caro. Su llegada al poder dio estabilidad al imperio. Además, fue uno de los pocos emperadores romanos que pudo retirarse y morir de viejo, no asesinado.
Diocleciano decidió construir un palacio junto al mar. No escatimó en recursos. Mandó traer de Egipto hermosos mármoles para decorarlo y ladrillos y piedra caliza de la cantera de la cercana isla de Brac. Esa cantera, siglos después proveería el material para construir otro centro de poder: la Casa Blanca, en los Estados Unidos. Francia, también tiene lo suyo en los símbolos estadounidenses, ya que al cumplir cien años de su independencia, en 1886, regaló a Estados Unidos la Estatua de la Libertad, construida por Frédéric Bartholdi y Gustave Eiffel.
El clima nos afecta a todos. En Croacia ponen particular atención a los vientos. Ellos consideran que tienen un efecto poderoso en tu humor y salud. El viento del norte, al que llaman Bura, es bien recibido siempre. Frío y seco, despeja la bruma que cubre a las islas (los croatas adoran el sol) y es ideal para curtir el pršut (delicia local). El viento del sur, al que llaman Jugo (se pronuncia shugo) es temido por todos. Húmedo y caliente es responsable de la lluvia, el mal humor y depresión. Los croatas han alegado en su defensa la influencia de Jugo en casos de homicidio. Los franceses no son tan extremos en temas eólicos pero quienes habitan en el norte creen que el viento enloquece.
Francia es el país que tiene más usos horarios en el mundo (12) y más Premios Nobel de Literatura. Croacia vive en mismo huso horario, tiene más de mil islas en el Adriatico. Los croatas adoran cantar acapella.
En el año 926 d. C. Grgur Ninsky (Gregorio de Nin) se opuso fuertemente al Papa e introdujo el idioma croata en los servicios religiosos, que hasta entonces habían sido oficiados en latín, que no era comprendido por la mayoría de los habitantes. Los croatas consideran al obispo su defensor y suelen tocar el pié de su estatua para tener buena suerte. Francia también tiene un obispo que se opuso a un papa, un milenio después: Marcel-François Marie Lefebvre. Él se enfrentó a Juan Pablo II, por las razones contrarias a Grgur. Defensor del rito Tridentino, buscaba que las misas se celebraran en latín.
Con diferencias y similitudes, ambos países han luchado y merecen estar en la final de la Copa del Mundo. Yo encomendaré a mi equipo a Grgur y Emmanuel, cartesiano y racional, a su entrenador. Qué gane el mejor.
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