Poco a poco, regresamos a lo que desde el gobierno denominan “nueva normalidad”. El semáforo está en naranja, no porque haya terminado la amenaza del Covid-19, sino por el número de camas disponibles en los hospitales.
La tasa de letalidad del virus a nivel global es del 5.4 por ciento mientras que en México es mayor al 12 por ciento. (Muy cerca de Italia e Inglaterra) y sobrepasamos a España en el número de muertos con las cifras oficiales, que todos sabemos son muchos, muchos más de los que reportan.
Salgo poco, y cuando lo hago, me preocupa (y enoja) la cantidad de personas que van por la calle sin mascarillas. ¿Pensarán que el anaranjado disminuye la mortalidad del virus? ¿Pensarán que son inmunes? ¿Saben algo que ignoro? Supongo que mis preguntas no tendrán respuesta.
Lo que sí sabemos es que no habrá una vacuna si bien nos va hasta octubre y que conseguir inmunidad de rebaño, es más difícil de lo que se pensó en un inicio. Tenemos que aprender a vivir con “el enemigo”, porque si bien no creo que haya llegado para quedarse, estará con nosotros un buen rato.
No podemos estar bajo un capelo de cristal. La vida es de riesgos, y es momento de tomarlos. Sabemos que nos podemos contagiar en cada salida, así que lo más sensato es escoger, en la medida de lo posible, las alternativas que representan menos peligro. Comparto unas sugerencias:
Conocer cómo funciona el virus es imprescindible. Dado que la principal amenaza para contagiarse es por medio del aire, y no podemos evitar respirar, la sana distancia y el tapabocas son nuestros principales escudos.
Los lugares cerrados son de riesgo alto, elige lugares abiertos. ¿Tienes ganas de ver gente? Haz una reunión con menos de 10 personas en un jardín, patio o terraza.
Correr es mucho más seguro al aire libre que en un gimnasio.
Sabemos que el virus detesta al jabón: usémoslo.
Si vas a un restaurante, gimnasio o peluquería, verifica que estén cumpliendo las normas y si no lo hacen, exígelo. El otro día en un OXXO llegó un hombre sin mascarilla, nadie dijo nada y así lo atendieron, a pesar del letrero que dice que no darán servicio a nadie sin mascarilla. Me arrepiento de no haber dicho nada.
Si puedes, quédate en casa.
Seguramente este virus traerá muchos cambios pero el más importante a mi entender es que todos estamos juntos en esto. Cuidarte es por tí, pero también para evitar que otros se contagien. Probablemente tú no estas dentro de los grupos de riesgo, pero puedes contagiar a quien lo esté. Si el virus sigue propagándose, a los niveles en que está (6,740 contagios oficiales en un solo día) es más probable que ese contagio pueda llegar a poner en peligro tu vida o la de uno de tus seres queridos. Sabiendo esto: ¿Vale la pena tomar riesgos innecesarios? No lo creo.
Buen domingo a todos
Espero tu opinión dejando un comentario en el blog, en mi cuenta de Twitter @FernandaT o en mi correo: info@neteandoconfernanda.com
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