Ante la tragedia de Torreón el viernes pasado, cuando un alumno disparó a su maestra y otros compañeros para después suicidarse, no nos queda más que mirarnos cómo sociedad. Vivimos en una sociedad violenta. Basta echar un vistazo a las noticias, periódicos o redes sociales para constatarlo.
No creo que un videojuego sea responsable de la violencia. Un video juego no convierte a un niño en un asesino. Echar la culpa a a un video juego, es una salida fácil para quitarnos una responsabilidad. Sin embargo, creo que es pertinente preguntarnos por qué disfrutamos con juegos violentos. ¿Estamos haciendo una apología del delito con tantas series sobre criminales que parecen héroes? ¿Qué mensajes estamos dando?
El operativo “mochila segura” puede ayudar a encontrar armas, pero no hace mucho para erradicar las causas de la violencia. Más que revisar que llevan en sus mochilas los jóvenes, deberíamos revisar qué pasa por sus cabezas, sus emociones y cómo son sus entornos familiares; y de paso, revisar las nuestras. Más que hurgar entre sus pertenencias, tenemos que empezar por escucharlos. Saber qué piensan y entender qué necesitan. Una buena comunicación entre padres e hijos es la revisión más efectiva. Necesitamos revisar nuestras relaciones familiares y cómo tratamos unos a otros.
Ante la tragedia, lo peor que podemos hacer es cruzarnos de brazos. Estamos en un momento en que tenemos el deber de buscar mejores caminos para que historias como éstas no vuelvan a repetirse.
¿Qué ideas podrían funcionar? Abro este espacio, con la esperanza de que sea un foro y juntos podamos sacar alguna conclusión de utilidad.
Buen domingo a todos.
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