Aceptémoslo. Nos gusta tener a razón. En algunos casos llega a adicción. Por ello, una persona con ideología conservadora se rodeará de información que refleje su forma de pensar. La ideología de sus amigos será similar a la suya. Un liberal hará lo mismo, pero con liberales. El problema de esta actitud tan común es que pero nos encierra en una burbuja y es prácticamente imposible entender otros puntos de vista; mucho menos, ponernos en sus zapatos.
Si solamente leemos los columnistas o tuiteros que piensan como nosotros, siempre veremos el problema desde un sólo ángulo. ¿Qué pasaría si nos tomamos diez minutitos para leer o escuchar (de alguien serio, por supuesto) algo con lo que no estamos de acuerdo? ¿Si intentamos abrir nuestros ojos y oídos, a las preocupaciones y las opiniones de esos que llamamos “los otros”? Ojo, en está época, donde abunda la propaganda y la información falsa, también es importante ir a las fuentes y a los hechos. Ayer hablaba con una mujer que lleva años defendiendo los derechos humanos. Ambas coincidimos en que leer e informarnos sobre lo que significa el feminismo podría despejar muchos mitos en hombres y mujeres que tiemblan cuando escuchan la palabra, como si la equidad fuera algo temible. Seguramente quienes defienden las energías fósiles, se beneficiarían al escuchar a quienes defienden las energías limpias. Quienes critican tal o cual medida del gobierno podrían escuchar argumentos a favor de la misma, y tener una visión más completa.
Más fácil decirlo que hacerlo. Lo cierto es que resulta muy difícil aprender a examinar cada situación desde múltiples ángulos. Supongamos que eres políticamente liberal y apoyas la prohibición del uso de armas o el derecho al aborto. Podrías pensar que tu punto de vista es el correcto y no tienes por qué cambiarlo, pero si empiezas a leer algunos argumentos de las partes contrarias podrías descubrir que también tienen puntos a favor, y si no es así, entonces te sentirás más seguro de tu propia opinión debido a que estarás mejor informado.
En un país tan dividido como el nuestro el leer o escuchar algo con lo que no comulgas, podría ser el camino para poder lograr una integración. Dedicar diez minutos de nuestro día a abrir nuestra mente para leer un autor que piensa contrario a nosotros, no es difícil y quizá nos serviría para entender que un problema tiene muchas aristas y tratar una mejor solución para el mismo integrando todas las visiones.
Buen domingo a todos y gracias por leerme.
Espero tú opinión dejando un comentario en el blog, o en mi cuenta de X @FernandaT
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