En las fechas cercanas a mi cumpleaños, suelo reflexionar más sobre la edad. Si bien es cierto que el tiempo pasa inexorablemente y hace sus estragos, también pienso en la otra cara de la moneda: la posibilidad de acumular experiencia y ser más “sabios”. Recientemente escuché a una mujer hablando sobre la actitud que tomamos con el paso de los años, sugiriendo que podemos elegir entre envejecer (aging) o ser más sabios (saging), un término que podría interpretarse como “ensabiecer”.
De acuerdo el gobierno de México, la vez inicia a los sesenta años; lo cierto es que todas las personas, sin importar la edad, estamos en proceso de envejecimiento. Nuestra actitud afecta todo en la vida, y por supuesto que nuestra percepción del envejecimiento no es la excepción. He observado que hay personas octogenarias que mantienen un espíritu curioso, alegre y animado, mientras que hay jóvenes cuyo espíritu es rígido e inflexible. Esta dualidad me lleva a pensar en los muchos ejemplos de personas que, después de los sesenta años, han logrado hacer cosas asombrosas y han dejado una huella imborrable en el mundo.
Aquí algunos ejemplos nos enseñan que la sabiduría no solo se mide por la edad, sino por la actitud y las elecciones que hacemos a lo largo de nuestra vida:
Sófocles: El genial dramaturgo griego es conocido por sus tragedias, como Antígona o Edipo Rey. Comenzó su carrera a una edad temprana, pero continuó escribiendo y produciendo obras significativas hasta bien avanzada edad. Se dice que su hijo Iofonte, lo llevo a los tribunales para que lo declarasen incapaz de administrar su dinero, pero salió absuelto cuando recitó “al dedillo” (como decía mi abuela” parte su drama Edipo en Colono.
Harland David Sanders, mejor conocido como el Colonel Sanders, inició las franquicias de KFC a los 65 años. Nunca es tarde para iniciar un nuevo capítulo.
¿Qué decir de Platón? Si bien escribió durante toda su vida, fundó la Academia de Atenas a los 60 años, estableciendo una de las primeras instituciones de educación superior en el mundo.
¿Se acuerdan de el programa de TV “La casa de la pradera”? Laura Ingalls Wilder, autora del libro en que basó la serie, lo publicó a los 65 años, fue su primera obra.
Friedrich Nietzsche: publicó muchas de sus obras más influyentes, como “Así habló Zaratustra”, después de los 60 años, mostrando que la creatividad y el pensamiento profundo pueden florecer en cualquier etapa de la vida.
Coco Chanel: La icónica diseñadora de moda lanzó su famosa línea de fragancias a los 88 años, reafirmando su relevancia en la industria de la moda.
El dolor que causó la muerte de su esposa Ruby después de 67 años de matrimonio, inspiró a Henry Bernstein a escribir La Muralla Invisible: Una Historia de Amor que Rompió Barreras. Bernstein comenzó a escribir el libro cuando tenía 93 años, y fue publicado en 2007, cuando tenía 96.
Independiente de la edad que tengamos, es fundamental cultivar una mentalidad abierta y curiosa. Al elegir "ensabecer", transformamos el proceso de envejecer en una oportunidad para crecer y aprender. Después de todo, la edad es solo un número, y lo que realmente importa es la actitud que elegimos adoptar.
Buen domingo a todos y gracias por leerme.
Espero tú opinión dejando un comentario en el blog, o en mi cuenta de X @FernandaT
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