Es nuestro presidente electo y será presidente, ¿cómo podemos desear que algo malo le suceda? Al contrario. Le deseamos lo mejor, para que le vaya bien a México; de la misma forma que cuando vamos al teatro, esperamos que el elenco se luzca y tenga su mejor actuación. Esto no implica a que cerremos los ojos a los errores de los actores, si los hubiera.
Todas las profesiones tienen sus supersticiones. Las artes escénicas no son la excepción. Los actores evitan espejos dentro del escenario, huyen de las plumas de pavo real, no se les ocurre silbar tras bambalinas y están seguros, de que si el ensayo general es un desastre, la función será un éxito.
En Inglaterra, es común escuchar la expresión “break a leg” (rómpete una pierna) para desear buena suerte antes de una audición o función de teatro. Siempre me llamó la atención cómo una frase, que es casi una maldición, pudiera significar buena suerte en el mundo del teatro. En Francia, “mucha mierda” es la expresión utilizada para desear el éxito en el escenario, que tampoco suena muy bien. El origen de esta frase, se remonta a la época en que el público llegaba al teatro en carruajes tirados por caballos. Era deseable que hubiese muchos asistentes y por lo tanto, muchos carruajes fuera del teatro. Esto, representaba grandes cantidades de excremento de los caballos o “mucha mierda”.
El origen de la frase break a leg para desear buena suerte es incierto. Se cree que puede venir de las presentaciones de teatro en la antigua Grecia, en que en vez de aplaudir como hacemos ahora, golpeaban el suelo del teatro con el pié. Así, el deseo de que alguien se rompiera la pierna era porque los aplausos (o en este caso el golpeteo contra el piso) habían sido tan abundantes, que habrían ocasionado que alguien se fracturase la pierna. Algunos dicen que el término se originó para impedir que los malos espíritus le causaran a alguno de los actores que participaban en la obra algún sufrimiento. El desear a alguien “buena suerte” sería de alguna manera molestar a esos espíritus, que entonces se presentarían para ocasionar alguna desgracia. De esa manera al desear a alguien que se le fracturara la pierna, dejaría a esos latosos espíritus en paz y nada malo ocurriría. Algo similar a la costumbre de la Antigua Grecia de poner un velo a la novia para hacerla “invisible” a las envidias y los malos espíritus.
Hay quienes remontan el origen de la frase al teatro isabelino en Inglaterra, ya que tras una buena actuación, el publico arrojaba monedas al escenario, los actores se arrodillaban y “rompían” la línea de la pierna para recogerlas. La primera vez que se documentó el uso de la frase para desear buena suerte (aunque no en específico para el teatro) fue en un artículo titulado “En defensa de la superstición” de Robert Wilson Lynd para la revista de corte liberal New Statesman en 1921. En las carreras de caballos era considerado un mal presagio el que te desearan buena suerte. Por eso, de acuerdo con Lynd, uno debería proferir alguna frase agorera como: “¡Espero que te rompas la pierna!” Para desear que el caballo que habías elegido, fuese el ganador.
Sea cual fuere el origen de la frase, lo cierto es que en estos días que me encuentro inmóvil debido a una fractura de peroné, me llama aún más la atención el significado de la frase. Ciertamente el encontrarte en una situación así te hace te pone en una situación de vulnerabilidad, sin embargo también te da tiempo para reflexionar sobre tu vida, agradecer la ayuda que te brindan, sentir empatía por quienes están en tu situación, lo cual es muy positivo. Quizá el desear una fractura no sea tan trágico después de todo.
Por otra parte, creo que el desear algo negativo a otros (aunque en este particular caso break a leg sea un artilugio para confundir a los espíritus) es una pérdida de tiempo. Por eso, me llama la atención encontrar comentarios en Twitter como el de Rebek PP que comenta: “hay quienes quisieran que le fuera mal a México…” Falso. Nadie en su sano juicio puede querer que le vaya mal a México. Es tan absurdo como desear el mal para ti mismo. Hablo por mí, pero estoy segura muchos que no votaron por Andrés Manuel, piensan de la misma forma. El que no haya votado por él, no tiene que ver con mis buenos deseos para su encargo. Me preocupa su seguridad y la de su familia. Espero que su gobierno sea exitoso, es más, en superlativo: exitosísimo. De corazón deseo que logre acabar la corrupción, que la economía mejore en su sexenio y disminuya la violencia. Es nuestro presidente electo y será presidente, ¿cómo podemos desear que algo malo le suceda? Al contrario. Le deseamos lo mejor, para que le vaya bien a México; de la misma forma que cuando vamos al teatro, esperamos que el elenco se luzca y tenga su mejor actuación. Esto no implica a que cerremos los ojos a los errores de los actores, si los hubiera.
Buen domingo a todos.
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