“No hay peor ciego que el que no quiere ver” Refrán Popular
Muchos periodistas y escritores que votaron por Andrés Manuel Lopez Obrador, han comentado que “no podía saberse” la manera en que actuaría una vez llegado a la presidencia. Mentiras. Muchos que no teníamos bolita de cristal ni poderes especiales lo supimos y lo advertimos, aunque los “Volpis” del país digan otra cosa. Se trata de ver las cosas como son y creer en lo que vemos, escuchamos y entendemos. Nada más. En febrero de 2018, escribí para Milenio Diario una columna titulada: Yo sí le creo a López Obrador (Pueden leerla aquí). En su momento escribí: “No nos engañemos: de llegar a la Presidencia, Andrés Manuel no hará nada diferente de lo que ha dicho sobre dar marcha atrás a las reformas, parar la construcción del nuevo aeropuerto, dar amnistía a los criminales, etcétera. Sus voceros podrán decir muchas cosas, pero el tabasqueño ya marcó la pauta y yo sí le creo”. Seis años después, aquello que podía saberse sucedió, como era de esperarse.
Hoy, nos encontramos nuevamente ante dos opciones. Hemos visto a las dos candidatas y sus propuestas. También su carácter y reacciones en entrevistas y los debates. ¿Creen que serán diferentes cuando lleguen a la presidencia? Claro que no, eso solo sucede en los cuentos de hadas o columnas pagadas.
La actitud que vimos en Claudia en los debates, su falta de respuesta a los señalamientos de corrupción, (que fueron patentes durante su gestión al frente de la Ciudad de México o como Alcaldesa) seguirán ahí si llega a la presidencia. No esperen que se hagan investigaciones profundas de corrupción como no lo hizo ante el accidente de la Línea 3 del metro y que los culpables terminen en la cárcel. No le pidan peras al olmo en materia de seguridad o feminicidios. Seguiremos en el imperio de “los otros datos” evadiendo la dolorosa realidad de la violencia en México. Tampoco esperen un camino diferente para combatir la corrupción que no ha mejorado un ápice en los últimos seis años, (aunque el presidente diga que no es como antes) y dudo mucho que investigue el origen de las propiedades de otros políticos como Nahle, Bartlett o Torruco y un largo etcétera.
Podemos esperar que de llegar a la Presidencia, Claudia Sheimbaum tenga la misma actitud arrogante que hemos visto, con todo lo que ello conlleva: militarización, falta de transparencia, violencia, ataques a las instituciones y a la libertad de expresión. El segundo piso de la cuarta transformación seguirá el mismo camino equivocado que ha seguido hasta ahora. No nos engañemos. Puede saberse. Se sabe.
Cada uno es libre de votar por el proyecto de país que le parezca mejor. A lo que no hay derecho si las cosas no van bien (o si hay otra pandemia nos dan medicina para piojos), es salir con el cuento de: “no podía saberse”.
Gracias por leerme. Buen domingo a todos. Espero tu opinión dejando un comentario en el blog, en mi cuenta de X (antes Twitter) @FernandaT
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