Los Milenio
Neteando con Fernanda
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Por: Fernanda de la Torre
Vivimos en una eterna negociación a fin de llegar a un acuerdo; sea nosotros mismos o con todos los que interactuamos durante el día, sean jefes, cónyuges, hijos, colegas o amigos. Pueden ser cosas triviales como cambiar el día o la hora de una reunión o cosas mucho más serias como decidir con tu pareja si quieres tener hijos y cuando.
Si objeto de la negociación no nos es muy importante, podemos ceder y los asuntos se resuelven sin problema. Que si nos vemos el siguiente domingo en vez éste. Si no tenemos compromiso ese día, seguramente no tendremos problema para cambiar la fecha de la reunión. Para algo así no necesitamos ni pedimos consejo, se resuelve con tan solo ver la agenda.
Cuando el objeto de la negociación es algo fundamental para nosotros, la situación se complica. Eventualmente llegaremos a un acuerdo pero habrá mucho estira y afloje. Y hay temas (diferentes para cada quien, desde luego) que no son negociables. Ahí no vamos a ceder ni un ápice porque sería ir en contra de nosotros mismos, nuestras creencias o principios. Por ejemplo, habrá parejas para las que la fidelidad es muy importante y es un tema que no están dispuestos a negociar, pero no es así para todas, como es el caso de los poliamorosos, que están relacionados con más de una persona a la vez y todos están conscientes y de acuerdo con la situación.
Hay temas que deberían ser no negociables en todas las relaciones; como el respeto. Cuando desaparece, es imposible que la relación sea sana o positiva. Esto no quiere decir que termine, tristemente hay relaciones en las que el respeto se esfumó hace tiempo y quienes están ellas se van sumiendo en una espiral de decadencia cada vez más profunda. La violencia debe ser también un no negociable para todos. Nada. Ni un poquito. Nunca. Esta suele ir en aumento y lo que empezó como un un comentario agresivo, puede llegar a gritos, jaloneos o golpes.
Es importante saber cuáles son esos temas en los que no estamos dispuestos a negociar y comunicarlos. Recuerdo que una amiga casi en la primera salida se asombró de que su novio le dijo que él no pensaba tener hijos nunca y que si para ella la maternidad era fundamental, mejor dejaban de salir porque era algo en lo que él no iba a cambiar. La relación sigue y ambos estaban muy tranquilos al saber qué terreno pisaban.
Cuando hablábamos sobre los no negociables en el la radio el pasado viernes, Anita Lomelí comentó que ella a pesar de que fue una negociación complicada, dejó muy claro antes de casarse que para ella trabajar era fundamental. No pensaba dejarlo y por ello necesitaría todo su apoyo en muchos temas relacionados con la crianza de sus hijos, cuando los tuvieran. Veintitantos años de matrimonio y tres hijos después, Anita se congratula de lo positivo que fue dejar bien claro sus no negociables. Y es que independientemente de que sea una relación laboral, de amistad o sentimental, es fundamental saber qué terreno pisamos para que las cosas funcionen.
Ahora que estamos en tiempos electorales, tenemos que preguntarnos cuáles son nuestros no negociables sobre los candidatos. ¿Qué temas son decisivos para que yo le de mi voto a alguno de ellos? ¿Cuáles son los no negociables en torno a mi voto? ¿El partido al que pertenecen? ¿Su honestidad? ¿Su capacidad y preparación? ¿Sus creencias? ¿Su postura frente al aborto o matrimonio igualitario? ¿Sus propuestas en torno a seguridad, rumbo económico o cambio climático? ¿Su proyecto de nación? Son preguntas importantes que todos debemos hacernos antes de elegir; aunque la realidad que en muchos casos, el odio y el miedo harán que los no negociables se queden a un lado; a fin de que salga un partido o para evitar que entre otro.
Buen domingo a todos.
Me gustaría oír tu opinión. Deja por aquí un comentario o escribe a: info@neteandoconfernanda.com o en Twitter @FernandaT
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