“Mi abuela me dijo: no creas nada de lo que te digan en la escuela. Cleopatra era negra” si esta opinión, hubiese sido documentada en la primera mitad del siglo I d.C., sería una bomba; pero dicha en el siglo XXI, no pasa de anécdota de la historiadora Shelley Haley y por lo mismo, no debería estar en un documental.
Adoro la historia del Antiguo Egipto, cualquier dato me parece interesante. Siempre es bienvenido un nuevo documental que hable de esa gran civilización. Con la nueva serie “Cleopatra” de Netflix, no puedo decir lo mismo.
Puedo disfrutar series documentales, de ficción, o películas biográficas. Cuando es ficción es perfectamente válido hacer lo que uno quiera. Se vale ambientar a Romeo y Julieta o Hamlet en el siglo XXI y da lo mismo si nos caucásicos o no lo son. Cuando se trata de un documental, la cosa cambia. Uno espera que los expertos entrevistados lo sean y que exista un rigor histórico.
El documental en cuestión, producido por Jada Pinkett-Smitt, presenta a Cleopatra VII Filopator como una mujer negra, con la actriz Adele James es la protagonista. Pinkett-Smith está desarrollando una serie de documentales que revisan las vidas de las reinas negras de África. Y aseveró: “Tenía muchas ganas de representar a las mujeres negras. No solemos ver o escuchar historias sobre reinas negras, y eso fue muy importante para mí, al igual que para mi hija, y para que mi comunidad sea capaz de conocer esas historias porque hay toneladas de ellas”.
Loable, pero Cleopatra no cuadra en la definición anterior. Ignorar a la historia para hacer “blackwashing” no es ético ni aporta nada a la comunidad. Zahi Hawass, uno de los egiptólogos más mediáticos (de acuerdo a lo reportado por BBC News) dijo: “Es completamente falso. Cleopatra era griega, lo que significa que era de piel clara, no negra". Hawass dijo que los únicos gobernantes de Egipto que se sabe que fueron negros fueron los reyes kushitas de la Dinastía 25 (747-656 a. C.) Dijo: “Netflix está tratando de provocar confusión al difundir hechos falsos y engañosos que el origen de la civilización egipcia es negro.” Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, declaró: “Hay muchas antigüedades de la reina Cleopatra, incluidas estatuas y representaciones en monedas, que confirman su verdadera forma y rasgos, todos los cuales muestran los rasgos helenos (griegos), la piel clara, nariz perfilada y labios finos”.
Si a los egiptólogos no les gustó la serie, a los espectadores les gustó mucho menos y recibió una las peores críticas de la audiencia en Rotten Tomatoes con un promedio del 3% (Por ejemplo la serie House of the Dragon, de HBO obtuvo un 82% y Succession un 88 %). En mi opinión, la crítica es justa, más allá del color de la piel de la protagonista, la serie es malísima y aburrida; del vestuario, guión, actuación y ambientación, mejor no hablamos.
En algunos medios se reporta que juristas egipcios plantean presentar una demanda multi-millonaria a Netflix, por distorsionar la imagen de Cleopatra. Veremos que sucede. Si se presenta la demanda y tienen éxito, además de poco exitosa, resultaría ser una de las series más caras de la historia por las razones equivocadas.
Hay mucho que ignoramos todavía de Cleopatra, pero hay algo que sí sabemos: sin duda, fue una mujer singular, ya que dos milenios después de su muerte hablamos de ella. Por lo mismo, merece que su historia sea justamente contada. El grave error de la serie Cleopatra de Jada Pinkett-Smith fue buscar la corrección política en vez de la corrección histórica.
Buen domingo a todos y gracias por leerme.
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No hallaba si ver o no la serie. Ya me decidí: no la veré. Gracias Fer.